Las enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardíacas, representan un desafío significativo para la salud pública en todo el mundo. Se caracterizan por su persistencia y progresión lenta, lo que las convierte en condiciones que requieren una atención continua y monitoreo a largo plazo.

En el entorno hospitalario y clínico, la higiene es un aspecto crucial para garantizar la seguridad tanto de los pacientes como del personal médico.

La oxigenoterapia ha sido un pilar en el tratamiento de enfermedades respiratorias durante décadas. Su capacidad para mejorar la calidad de vida de los pacientes con problemas pulmonares crónicos es indiscutible.